La expresividad y el dinamismo característicos de Antonio Arias se plasman en esta magnífica obra al óleo, donde la fuerza del rojo y la composición geométrica narran una escena de tensión y contemplación.
El artista juega con volúmenes y texturas para transmitir una atmósfera cargada de emoción e intensidad.
La expresividad y el dinamismo característicos de Antonio Arias se plasman en esta magnífica obra al óleo, donde la fuerza del rojo y la composición geométrica narran una escena de tensión y contemplación.
El artista juega con volúmenes y texturas para transmitir una atmósfera cargada de emoción e intensidad.